Cambiendo Hábitos

Hoy tuve la oportunidad de recibir un mensaje de Santiago preguntándome ¿cómo dejar un mal hábito?

Bueno, para poder dejar un mal hábito, primero hay que entender qué son los hábitos. Los hábitos son conductas aprendidas por repetición. Es decir son cosas que hacemos una y otra vez hasta que se vuelven parte de nosotros, se empiezan a manifestar como automáticas. Eso es un hábito.

Antes se creía que los hábitos eran simplemente esas conductas, y que se podían cambiar fácilmente en un periodo de alrededor de 30 días. Y eso no suene para nada mal… pero, ¿si es tan fácil cambiarlos como parece? ¿Por qué la gente que tiene un mal hábito como fumar o comerse las uñas no lo puede dejar de hacer así de fácil?

La respuesta… así le duela a muchas personas... es porque los hábitos ya no se pueden considerar solo conductas aprendidas por repetición, los hábitos tienen un fondo más profundo… un fondo emocional. Sí, ahora se sabe que tienen un fondo emocional y que por eso tratar de dejarlos, producen ansiedad.

Hay 3 tipos de hábitos, negativos, utilitarios y positivos.

Los negativos son los hábitos que de una u otra forma nos hacen daño o son incomodos para las personas que nos rodean. Por ejemplo, dejar de fumar, comerse las uñas y las adicciones entre otras.

Los utilitarios, son esos que están relacionados a actividades que no son ni buenas, ni malas pero que facilitan el proceso de vivir. Por ejemplo, contestar el teléfono y manejar. ¿Alguna vez has empezado a manejar y de pronto sin darte cuenta estas en camino a tu oficina y no hacia donde querías ir? Exacto, ahí puedes ver cómo manejar se ha vuelto tan automático para ti, que no tienes que pensar para hacerlo.

Los positivos, son esos que ayudan a tener una mejor calidad de vida física y de salud. Por ejemplo, hacer ejercicio y lavarse los dientes.

Por lo general queremos cambiar hábitos negativos, pero muchas veces debemos empezar a generar hábitos positivos… cosa que no entendemos por qué es tan complicado.

La respuesta está en las emociones. Si quieres dejar cualquier hábito negativo tienes dos opciones. La primera es empezar a reemplazarlo por una habito positivo que te haga sentir mucho mejor que el negativo. Como por ejemplo, decir que vas a dejar de comer dulce después de almuerzo y que lo vas a reemplazar por tomarte un té caliente. Aunque al principio te va a costar muchísimo trabajo, si tienes una fuerza de voluntad bien desarrollada y una disciplina implacable ciertamente, lo vas a lograr. ¿Cuándo? No sé... pero algún día lo lograrás. Ese es el problema de tratar de reemplazar hábitos.

La segunda opción es simplemente tratar de dejar de hacer eso que ya se volvió automático… algo así como un día decir que vas a dejar de fumar y punto. Pues bien, muy poca gente logra hacer este sin tener consecuencias. Sí, el cuerpo es una máquina de memoria. Si le has enseñado que debe fumar en diferentes situaciones como cuando tienes frio, o estas triste, o estas ansioso, o tienes calor, o estas lleno o cualquier situación que se vuelve común dentro de los fumadores y de un momento a otro decides que no vas a volver a fumar en ninguno de esos momentos, ¿qué crees que le va a pasar al cuerpo y a la mente?

Sencillo, van a decir algo así como “ey!! ¿Cómo así que yo sigo sintiendo estas emociones, sigo expuesto a estos momentos y no me estas dejando fumar? No me parece… creo que si no me vas a dar cigarrillo y me vas a producir esta ansiedad por la incertidumbre de no saber cómo resolver esta situación, lo vamos a tener que reemplazar por algo”. Y es aquí donde hay un traslado del hábito. Forzoso, pero un traslado. Es decir que volviste a la opción 1. Es por esto, que la mayoría de personas que dejan de fumar de la nada, empiezan a comer mucho “para controlar la ansiedad” y terminan subiendo de peso.

Si vas a llegar a este punto, te recomiendo que reemplaces el cigarrillo por agua o por ejercicio, así, evitas engordarte o enfermarte.

Entonces, ¿qué hay que hacer para dejar el hábito atrás?

Pues, tienes que ir a manejar la emoción que está en el fondo, la emoción real que te esta haciendo fumar, o comer en acceso, o drogarte, o comerte las uñas. Sí, la verdad es que la sustancia o la conducta nunca es el problema, son el síntoma de algo que está pasando mucho más profundo.

Así que si quieres cambiar un mal hábito sin reemplazarlo, debes hacerlo a través de técnicas cono meditación, hipnosis, programación neurolingüística y cualquier otra técnica que te enseñe a manejar tu mente para transformar ideas y emociones, para que sea un cambio de raíz.

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Un abrazo,

Jorge

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